Wednesday, January 31, 2007

Dicen...


Dicen que el mar cura todas las heridas.
Dicen, también, que el agua que tenemos dentro de nuestro cuerpo, es un pedacito de mar que nos robamos cuando éramos tan sólo un manojo de células.
Dicen que el sonido del mar calma hasta a los mas desesperados, si se lo logra escuchar con suficiente atención, durante suficiente tiempo.
Dicen, también, que el agua del mar se lleva con cada ola, cada una de nuestras lágrimas saladas, y que por eso también, es imposible que se seque algún día.

Dicen que cualquiera que haya tenido la posibilidad de ver alguna vez el mar, siempre querrá volver.
Dicen que flotar un rato en el frío del agua de mar, siempre trae consigo los pensamientos mas claros, mas calmos.
Dicen que el mar es traicionero, y que nunca hay que dejar de tratarlo con el debido respeto que se merecen las aguas cuando se saben peligrosas.

Hablan de tesoros enterrados, barcos hundidos, cuerpos sin nombre corroídos por el paso del tiempo.
Dicen que esconde bancos de arena, caracoles gigantes, peces de colores inimaginables, mensajes en botellas que tal vez nunca se animan a llegar a ninguna orilla.
Dicen que el cuerpo se acostumbra rápidamente al frío apenas flota en el agua de mar, y que este frío no se vuelve a sentir hasta que se está afuera.
Dicen que el mar hace bien, siempre. Que es como una cura casi milagrosa.

Hablan de regatas ganadas, de náufragos, de piratas y de corales.
Dicen que nadie sabe lo que hay en la profundidad mas extrema de sus aguas, que es un misterio todavía por develar.
Hablan de desembocaduras de ríos largos, de islas escondidas y de aguas frías y transparentes.
Dicen que en algún lugar, el mar se junta con el cielo.
...
... todo eso dicen...
...
...y yo acá...
...
...Sin saber si meterme y arriesgarme... o si quedarme admirándolo, todavía un rato mas, desde la orilla.

Thursday, January 18, 2007

Y entonces... ¿Qué?



¿Y si lo mejor de la vida es ésto que está pasando justo ahora?
¿Y si es despertarse en la mitad de la noche para escribir una palabra mas en el cuaderno cansado de viajar?
¿Y si es irse lejos por un tiempo y extrañar cada momento con N.?
¿Y si es estudiar hasta que los ojos se caigan rendidos sobre los libros?
¿O la ansiedad de los viernes a la tarde?
¿Y si es la rutina de todos los días?
¿Qué pasa si eso es lo mejor de la vida?


¿Qué pasa si después de años de seguir buscándolo, encuentro que ese momento ya se me adelantó y siguió de largo sin esperarme?
¿Qué pasa, si después de estar descartándolo a él por pensar que no es para mí descubro que podría haber sido lo que siempre quise tener?

¿Qué pasa si finalmente me doy cuenta que lo mejor de la vida era eso que pasó, cuando yo estaba todavía preguntándome cuando llegaría?
¿Qué pasa si la vida me da la posibilidad de encontrarme con El, como esperé siempre, y las cosas ya no son como antes?
¿Qué pasa si entonces, siento que no puedo ni con mi alma a cuestas de tanto caminar mirando para todos lados sin encontrar nada?

¿Qué pasa si justo lo que quería encontrar estaba en algún cajón que nunca me animé a revisar de nuevo?
¿Qué pasa si ese “no es para vos” algún día, con el tiempo se transforma en “qué lástima que lo perdiste”?
¿Qué pasa cuando uno siente que no siente y en realidad siente todo lo que nunca se animó a sentir?

¿Qué pasa cuando los amigos se vuelven mas reales y uno tiene que enfrentarse a verdades que le duelen en el corazón?
¿Qué pasa con las peleas eternas, y los mensajes que nunca llegaron a destino?
¿Qué pasa hoy cuando no se que pasa y espero no estar para que no me pase a mí?

¿¿Qué pasa?? Eh?! Que alguien me diga...

Monday, January 08, 2007

raro...




Que raro verlo de nuevo.

Una vez que me acosté en la cama, después de haber arreglado la salida, me arrepentí tanto.
En realidad, creo ahora que fue una mezcla entre arrepentimiento y ansiedad por verlo.
Una parte de mí, sabía que existía la posibilidad de volver para atrás... de retroceder tantas casillas como había logrado avanzar en tanto tiempo.
Otra parte de mí, pensaba que era mejor hacerlo... había que ver... nunca se sabe lo que puede deparar una salida con él después de tanto tiempo...
Supongo que ninguna de las dos fue más fuerte que la otra, pero prefería arriesgarme antes que tener que llamarlo y cancelar la salida... eso seguro.

Me vestí, despacio.
Salí de mi casa y decidí que no iba a pensar cómo irían las cosas, ni las miles de posibilidades que tenían de salir bien o mal.
Pensé que no tenía ningún sentido prevenir en casos como éstos y mucho menos planificar, algo que sabía que después no iba a poder llevar a cabo tal y como lo había previsto.
Caminé.

Lo vi.
Me estaba esperando en el auto, fumando un cigarrillo (como pocas veces).
Estaba igual... un poco mas arreglado tal vez... gajes del oficio.
Me senté... había llovido tanto que las gotas de lluvia me chorreaban por la nariz, y mi ropa estaba totalmente empapada, revelando mucho mas de lo que hubiera querido insinuar.
Nos pareció gracioso. Estar ahí... en el auto, mirándonos y chorreando gotas de lluvia y todo empezó con una risa gastada que hacía tiempo que no escuchaba.

Fuimos a un bar. Yo, café con leche... El una cerveza congelada.
Entre los dos logramos que la cosa fuera sucediendo con una cadencia casi auténtica, propia de los que saben lo que quieren e intentan llevarlo a cabo.

Nos miramos...
Nos besamos.
Qué raro... todo fue tal cual...
Eran los mismos labios, éramos las mismas dos personas, idénticas a las que habíamos sido antes... un tiempo atrás...
Y sin embargo, el acto de besarnos no tuvo nada de parecido. No pude ni siquiera recordar lo que era besarnos antes... pero estaba segura que no se parecía en nada al beso que nos terminamos por dar.
De cualquier modo, las cosas siguieron rodando... y así toda la noche.
Todo parecía querer volver a acomodarse como siempre había estado...
Y sin embargo, ya nada podía volver a su lugar...
Las fichas estaban jugadas... los casilleros viejos estaban ocupados... no era lo mismo que alguna vez había sido.

Dos personas... que se conocen tanto hasta quererse como nunca, pero que sin embargo cambian de tal manera que se conectan distinto... se relacionan en un encuentro fugaz que dura horas en un mismo lugar.
Todo era casi igual... y el hecho de que lo fuera, hacía mas sorprendente mi sensación de que todo era distinto entre nosotros.
Esa noche, éramos dos personas.
Tan diferenciadas que hasta parecíamos no tener ningún tipo de contacto. Y sin embargo, pasamos la noche juntos.
Y amanecimos abrazados, sin saber muy bien porqué... y sintiéndonos satisfechos y cansados.

Volví a mi casa... todo era como antes...
Sólo que ahora, ya sabía lo que esperarme de una salida con él...
Nada.
Todo... y absolutamente nada.